Publicada en el Semanario Arquidiocesano de Xalapa: ¡Alégrate!
EDITORIAL
23 de mayo de 2010
PENTECOSTÉS
Día grande y hermoso. Estaban reunidos en Jerusalén, de acuerdo con el mandato del Señor, y María estaba con ellos. De repente, sintieron la fuerza que viene de lo alto que los transformó a todos de pobres y mezquinos, cobardes y escurridizos en testigos firmes y deslumbrantes con san Pedro a la cabeza. ¿Qué tiene Pentecostés que a todos gusta y admira? Tiene eso, la irrupción de la fuerza de lo alto, el poder de Dios que llega a la criatura humana y la transforma. Junto con esto, la conversión de todos los discípulos en verdaderos misioneros, o enviados.
En los grupos disidentes, o separados, esto se experimenta una y otra vez, pero, para su desgracia, se multiplica el número de sus divisiones; cada uno de los que se sienten inspirados arrastra a los demás, y éstos, a su vez, hacen lo propio.
Pentecostés es la imagen inversa de Babel y es como la demostración de la catolicidad de la Iglesia. No hay que olvidarlo.
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EDITORIAL
16 de mayo de 2010
ALIOS VENTOS VIDI…
Es famosa esta inscripción que sellaba la orgullosa proa o quilla de una nave romana: “he visto otros vientos y otras tempestades”. Queriendo dar a entender que los vientos y las tempestades del momento no le parecían de importancia. O como decimos en México: “esto qué me dura”. También en la Iglesia, en dos mil años se han visto muchos vientos y tempestades, pero hay que cuidarse de toda arrogancia, porque en muchas partes, como en el norte de África, las cristiandades prácticamente desaparecieron.
Sin embargo es cierto, que la única institución que lleva dos milenios de estar en vida y hoy frecuentemente sacudida, porque su larga historia retiene otros ejemplos en que finalmente, por la fuerza del Espíritu, la Iglesia ha sobrevivido.
Desde un punto de vista objetivo es una sociedad de hombres corruptibles como el que más. Y por eso no nos debe sorprender el que aquí y allá aparezcan las manchas. Pero también aquí y allá aparecen los santos y las grandes luminarias de la historia. Hay que pensar con sensatez y no dejarse perturbar en exceso, porque las cosas pasan y la Iglesia fundada sobre Pedro permanece.
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EDITORIAL
09 de mayo de 2010
En vida, hermano, en vida…
Mañana es el día que solemos consagrar al recuerdo y a la veneración de nuestra madre, que suele ser lo más querido de nuestra vida.
Este 10 de Mayo, en México y en muchos otros lugares, tiene una coloración muy especial y todo mundo siente que la ternura vuelve a su corazón al mirar o al recordar a la propia madre. 
Si quieres hacer feliz
a alguien que quieras mucho,
díselo hoy, sé muy bueno,
en vida, hermano, en vida.
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02 de mayo de 2010
La pupila de sus ojos
El santo Rafael Guízar decía que el Seminario era la pupila de sus ojos. Todavía queda alguno de los antiguos alumnos de ese Seminario «heroico» escondido en algunas casas de la ciudad de México. Muy pocos ya, es verdad. El Seminario ha tenido diversas modalidades a lo largo de la historia de la Iglesia y el que hoy existe se suele llamar «tridentino» porque está hecho de acuerdo con las prescripciones del Concilio de Trento: riguroso internado y una formación intelectual que incluye Filosofía y Teología.
Algunos tienen ideas muy erradas de esta institución y creen que es una especie de reformatorio. Pero no hay tal. En el Seminario se está por voluntad propia y están solamente los que desean llegar a ser sacerdotes, aunque es la Iglesia, son los superiores los que deciden si uno es apto o no para el servicio ministerial.
Hay que tener ideas claras al respecto y querer mucho al Seminario como lo quería el santo Rafael Guízar Valencia.
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25 de abril de 2010
Los Trescientos 
Francamente nos da mucho gusto que con este número llegamos a la edición número 300 del Semanario ¡Alégrate! No es por la referencia implícita a citas bíblicas épicas o cinematográficas del número, sino simplemente por que nos parece una cantidad respetable que indica perseverancia y dedicación. Lo que antes se pensaba imposible, o sea, una comunicación entre las parroquias, más allá del acostumbrado boletín parroquial, se ha hecho una realidad por obra y gracia de Mons. Sergio Obeso Rivera y el padre Raúl Rodríguez.
Casi no hay manera de decir en qué forma puede uno saber si influye o no influye nuestro semanario, porque las cosas grandes suelen ser silenciosas. Los nueve mil quinientos ejemplares de cada semana nos están diciendo que los fieles católicos tienen una oportunidad más de estar mejor informados.
¡Alégrate!, se alegra nuevamente y se propone continuar con la dirección del padre José Juan Sánchez Jácome y nuestro Arzobispo Hipólito Reyes Larios.
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18 de abril de 2010
Peregrinación
Ya se sabe que los antropólogos descubren toda clase de antecedentes míticos o no cristianos en todas nuestras costumbres, pero el hecho es que, de manera sincera y oficial, el mexicano es cristiano católico y, a la vez, venera este precioso símbolo que, por otras razones, también es admirable.
Cada año, nuestra arquidiócesis hace la peregrinación a la Basílica de Guadalupe, y esto sirve también para darnos unidad porque nos juntamos con nuestro arzobispo, Hipólito Reyes Larios, y las parroquias más lejanas de la ciudad episcopal. El año pasado no pudimos asistir por el peligro de la llamada «influenza», que finalmente fue descartada.
Alégrate se une a todos los fieles que año con año tienen esta devoción y a los que por primera vez quizá participan de la peregrinación, que es un hecho extraordinario en la vida de nuestra Iglesia.
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11 de abril de 2010
Dios de misericordia
A este domingo muchos le llaman domingo de la misericordia. Por diversas razones. Ciertamente es bueno volver los ojos atrás y descubrir que la sangre de Cristo ha borrado nuestros pecados, o sea, que la misericordia de Dios ha inundado toda esta realidad que estaba maldita desde Adán.
Esto ya se anunciaba simbólicamente en el evangelio que cuenta la historia de la mujer adúltera, a quien los judíos querían apedrear. Al final, como sabemos, todos se fueron retirando, empezando por los más viejos y quedaron solos Jesús y la pecadora, como dice san Agustín admirablemente: “la miserable y la misericordia”.
Esa mujer miserable, adúltera y pecadora, es símbolo de todos nosotros, de una humanidad que una y otra vez se aleja de Dios pero que también una y otra vez encuentra misericordia. La misericordia viene del mismo corazón de Dios. El Adán obediente y obediente hasta la muerte en la cruz resulta que ha sido el mismo Dios que viene para nuestra salvación.
¡Alégrate!, se alegra con toda la Iglesia al recordar esta misericordia que nos ha cubierto a todos, que nos ha purificado y salvado.
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04 de abril de 2010
Cristós Aneste Se dice que en las iglesias orientales y en Rusia en estos días el saludo no es buenos días o buenas tardes sino Cristós Aneste, es decir: “¡Cristo ha resucitado!”
Esta parte de la Iglesia ha conservado muy viva la alegría de la Pascua o resurrección del Señor así como nosotros hemos conservado los sentimientos de su pasión y sufrimiento: somos un pueblo de viernes santo. A nosotros se nos ha diluido un poco todo el significado de la Pascua.
¿A qué se debe esto? Hay muchas razones. Una de ellas ciertamente han sido los cambios que se dieron en las fechas. Los más viejos se acordarán de que el sábado era sábado de gloria –y todavía hay quienes así lo llaman- porque la resurrección del Señor se celebraba desde temprano con mucha fiesta y con algunas tradiciones populares que todavía de alguna manera permanecen. Pero hoy el sábado no es sábado de gloria, es sábado santo o espera silenciosa –todo el día- de la resurrección del Señor. La resurrección del Señor se celebra al comenzar el domingo –y hay grupos entre nosotros que festejan toda la noche, los catecúmenos-.
No hay que perder de vista que aunque es muy bueno participar en la pasión y sufrimiento de Jesucristo es importantísimo captar la gloria y la alegría de la resurrección. Porque Cristo resucitado nos trae la certeza de que hemos sido lavados con su sangre y perdonados por Dios. A partir de la resurrección sabemos que la humanidad maldita de Adán es ahora una humanidad bendita en Jesucristo, el hijo obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
¡Alégrate!, desea a todos sus lectores celebrar la semana santa en toda su integridad, pero sobre todo, pide a Dios que la alegría de la resurrección llene los corazones y transforme nuestra vida. ¡Cristós Aneste!, ¡Cristo ha resucitado!
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28 de marzo de 2010
Con ramos y palmas Cada año en los atrios y alrededor de los templos hay gente que teje maravillosamente ramos de palma para venderlos a los fieles. Son obras de arte popular, efímeras pero bellas. Los creyentes las admiran y las compran para entrar con ellas en el templo y celebrar así el Domingo de Ramos.
Muchas veces este ramo se guarda por su belleza y también por la secreta devoción que lo hace ver como una especie de pararrayos o de amuleto que los libre del mal.
Pero la clave no está ni en la belleza del arte popular ni en la eficacia contra los truenos y rayos. Estos ramos y palmas que agitamos en recuerdo del día en que Jesús entró triunfal en Jerusalén, los alzamos también nosotros para aclamarlo como nuestro Rey y Señor. Con una mayor conciencia y seguridad que los judíos de entonces.
Lo importante no es la bendición de los ramos sino la fe y devoción con que aclamamos al Señor. Y si se guarda, que se guarde como signo y testimonio de que también en este año 2010 nos adherimos y aclamamos a Jesucristo nuestro salvador.
Alégrate! Levanta también su palma y con toda la gente exclama y proclama: ¡Qué viva Cristo nuestro rey!
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21 de marzo de 2010
¿Cuaresma? Muchos saben que cuaresma tiene que ver con cuarenta; son los cuarenta días en que nos preparamos para celebrar la Pascua del Señor. El número de cuarenta es simbólico; son los cuarenta años del pueblo en el desierto y son los cuarenta días en que Jesús se prepara y luego es tentado al comenzar su misión. De una o de otra manera cuarenta es un largo periodo de preparación o de purificación.
Hay que tenerlo en cuenta, porque por desgracia tenemos todavía pueblos tan ignorantes que celebran el carnaval de cuaresma y todavía peor, el carnaval de Semana Santa, ¡el colmo de la ignorancia! Los que nos estudian desde fuera se dan cuenta de que nuestra espiritualidad católica es muy superficial y no ha calado muy hondo.
Es necesario tener respeto de las palabras pero sobretodo de las realidades y más cuando éstas son sagradas.
Usted que lee ¡Alégrate!, debe estar informado, debe ser capaz de explicar a otros lo que las cosas significan sin dogmatismos ni fanatismos.
La cuaresma. Tiempo de gracia y de purificación. Tiempo de preparación para celebrar la fiesta de las fiestas, o sea, la Pascua o Resurrección del Señor, por la cual nos damos cuenta de que todos hemos sido lavados con su sangre preciosa y purificados en la presencia de Dios. Hay que tener todas estas cosas en cuenta y no dejarse llevar por la masa que muchas veces presenta rasgos demasiado salientes de ignorancia.
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EDITORIAL
14 de marzo de 2010
¿Pródigo? Este domingo, en todas las iglesias, los fieles escucharán una vez más la parábola del “Hijo pródigo”. La escucharán una vez más, ya la han oído muchas veces, pero les volverá a conmover y estremecer como pocos relatos de la literatura universal y de la misma Biblia.
Lo curioso es que nadie se cuestiona el por qué este hijo es llamado “pródigo”. Porque pródigo significa derrochador, dispendioso, manirroto, gastador…, pero en ningún caso parece tener el sentido profundo y verdadero que encontramos en la parábola. Pero todo mundo lo entiende.
Cada año nos toca penetrar un poco más las lecciones que están ahí: o nos identificamos con el hijo que da nombre a la parábola, el pecador, o con el hermano que siempre ha sido fiel a los mandamientos, o sobre todo, penetramos en la intimidad de este padre que es el Padre de Nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro.
¡Alégrate!, espera que este año se nos grabe más esta imagen de Dios que es misericordia y ternura, en contraposición a los ídolos de nuestros antepasados y a la fea imagen de Dios que cada uno de nosotros se forma en su corazón. Sería esta intelección más profunda, la ventaja o la ganancia de este año 2010.
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EDITORIAL
7 de marzo de 2010
Día Internacional de la Mujer Ya algunas veces hemos dicho que sí nos gusta la idea de un «Día Internacional de o para…», por más que estos días internacionales se han multiplicado y trivializado. Pero no deja de sorprendernos eso del Día Internacional de la Mujer. ¿Tendrá que haber también un Día Internacional para el Hombre?
Pensamos que esto del Día Internacional de la Mujer pronto quedará en el olvido y resultará obsoleto como cosa que recuerde otros tiempos, cuando las mujeres estaban realmente postergadas y el hombre era todo. Pero no falta quien dice que lo más grande del siglo XX no fue la bomba atómica sino el ascenso de las mujeres. Y todo debido a los estudios.
Mientras la mujer no estudiaba, el hombre era el que lo sabía todo o pretendía dirigirlo todo. Pero ahora las mujeres estudian y pronto se logrará la igualdad deseada, por lo menos en oportunidades.
Este ascenso de la mujer nos ha traído realmente una nueva sociedad que, junto con la urbanización, ha hecho que las cosas cambien. Es cierto que aún no nos acostumbramos.
Alégrate se une al Día Internacional de la Mujer y celebra que muchas estén estudiando.
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EDITORIAL
28 de febrero de 2010
Los pescados y la Cuaresma ¿Somos todavía la raza maldita de Adán o somos la familia de Dios hermanos en Jesucristo, benditos y amados? A decir verdad, nos debatimos entre ambos extremos. Los bautizados somos hijos de Dios y pertenecemos a su reino pero una y otra vez la llamada concupiscencia nula nuestros sentidos y nuestro corazón, y entenebrece toda nuestra vida. Por eso, hay tiempos especiales de conversión y arrepentimiento.
Para algunos la Cuaresma son sólo mariscos y pescados. Algo ha quedado de las antiguas tradiciones que nuestros padres guardaban con todo respeto. Pero poco, muy poco. Se trata de volverse en serio hacia Dios en una verdadera conversión que significa cambio de mente.
Cada uno de nosotros debe examinar cuáles son sus prioridades y qué es lo que rige su vida: si las cosas de aquí abajo o lo que pertenece al reino de Dios. No se trata de abandonar nuestro trabajo y obligaciones, pero sí de cada uno tenga una profunda espiritualidad en la cual Dios sea el centro de su vida. Porque no hay que olvidar que se trata del primer mandamiento. Encima de cualquier cosa hay que dar preferencia a lo que entendemos es la voluntad de Dios en nuestra vida.
Y de esto se trata en la Cuaresma. Nuestro Arzobispo Hipólito Reyes Larios nos convoca también a este itinerario de conversión. No se trata de fanatismos. Se trata de una comunidad más espiritual y más consciente: por Jesucristo somos los hijos de Dios y lo debemos obedecer y seguir lo más seriamente que podamos. No es cosa nada más de pescados y mariscos.
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EDITORIAL
21 de febrero de 2010
¿Tentados de qué?Ni el Hijo del Hombre quiso estar exento de las tentaciones. Son todo lo simbólicas que usted quiera, pero finalmente se reducen a los tres grandes apartados que son: poder, tener y placer. Parece como si una vida humana no pudiera ser completa sin estas tres grandes realidades que el mismo Jesús experimentó como tentaciones.
Constantemente estamos pidiendo a Dios que nos libre de “caer en tentación”, porque en verdad, toda vida humana está expuesta a estos peligros. Todos queremos mandar a otros y que nos obedezcan. Todos queremos tener dinero en abundancia y de sobra. Todos queremos gozar la vida y gozarla ahorita.
En realidad las tres cosas son necesarias, el problema es que nos engolosinamos y siempre queremos tener más de lo debido. ¡Que Dios nos guarde del mal! Y el mal está en el exceso, en la exageración, en la falta de sensatez. Un santo es humilde y bueno y sabe hasta dónde debe llegar en todas estas cosas. Es la sabiduría de Dios.
En este domingo –mientras nos preparamos a celebrar la Pascua del Señor- tratamos de purificar nuestras almas, porque de una u otra manera todos hemos pecado. Cada uno debe examinar en su conciencia y hacer la debida confesión de este tiempo para presentarse lo más dignamente a recibir la gracia salvadora de Jesús resucitado.
¡Alégrate¡ alerta a todos sus lectores y les llama la atención, porque en la rutina de la vida diaria, todas estas cosas se nos olvidan y se nos van pasando inconscientemente: poder, tener, placer, ¡qué cosas tan grandes al parecer, y qué cosas tan terribles que nos pueden llevar a la perdición!
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Domingo 14 de febrero de 2010
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¿La ceniza es nada?
Es frecuente recordar un antiguo epitafio que dice: “Pulvis cinis nihil”. Todos alguna vez somos muy conscientes de que vamos a ser reducidos al polvo y de que nadie se acordará de nosotros. Del polvo venimos y al polvo vamos. Éste es el sentido más evidente, o exterior, del Miércoles de Ceniza. Es una meditación sobre nuestro fin y nuestra muerte.
Sin embargo, aunque este sentido no se niegue en absoluto, en la Sagrada Escritura, la ceniza tiene otro sentido ulterior: es señal de conversión, de arrepentimiento, de dolor de los pecados. El que afea su rostro con ceniza está declarando ante Dios y ante los hombres que se arrepiente de haber obrado mal, que se arrepiente de la fealdad de su conducta y que pide perdón.
El pasaje más célebre que se refiere a este asunto es el libro de Jonás (3, 1-10) cuando los ninivitas –cosa rarísima- hicieron caso al profeta y se llenaron de ceniza reconociendo sus pecados. Y Dios los perdonó, aunque el profeta mismo quedó a disgusto porque le parecía que él mismo había quedado en ridículo, puesto que Dios no había ejercitado el castigo.
Pero ojala así fuera siempre, que los ninivitas o los mexicanos supiéramos oír la voz de los profetas y reconocer las cosas malas que afean nuestra vida. Esto es lo que queremos expresar al recibir la ceniza en la frente y, desde luego, no nos olvidamos del polvo y de la muerte, a la que vamos quizá cuando menos lo esperemos.
¿La ceniza es nada? Es frecuente recordar un antiguo epitafio que dice: “Pulvis cinis nihil”. Todos alguna vez somos muy conscientes de que vamos a ser reducidos al polvo y de que nadie se acordará de nosotros. Del polvo venimos y al polvo vamos. Éste es el sentido más evidente, o exterior, del Miércoles de Ceniza. Es una meditación sobre nuestro fin y nuestra muerte.
Sin embargo, aunque este sentido no se niegue en absoluto, en la Sagrada Escritura, la ceniza tiene otro sentido ulterior: es señal de conversión, de arrepentimiento, de dolor de los pecados. El que afea su rostro con ceniza está declarando ante Dios y ante los hombres que se arrepiente de haber obrado mal, que se arrepiente de la fealdad de su conducta y que pide perdón.
El pasaje más célebre que se refiere a este asunto es el libro de Jonás (3, 1-10) cuando los ninivitas –cosa rarísima- hicieron caso al profeta y se llenaron de ceniza reconociendo sus pecados. Y Dios los perdonó, aunque el profeta mismo quedó a disgusto porque le parecía que él mismo había quedado en ridículo, puesto que Dios no había ejercitado el castigo.
Pero ojala así fuera siempre, que los ninivitas o los mexicanos supiéramos oír la voz de los profetas y reconocer las cosas malas que afean nuestra vida. Esto es lo que queremos expresar al recibir la ceniza en la frente y, desde luego, no nos olvidamos del polvo y de la muerte, a la que vamos quizá cuando menos lo esperemos.
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Domingo 7 de febrero de 2010
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Estuve enfermo y me visitasteis (Mt 25, 35-36) Jesús no curó a todos los enfermos de su tiempo. Jesús no resucitó a todos los muertos de su tiempo. Sí, hizo algunos milagros para probar que el poder de Dios estaba en Él y para, de alguna manera, premiar la fe de los que se le acercaban. Pero enfermos ha habido siempre y parece que siempre los habrá.
¿Qué tenemos que hacer? Desde luego, una de las obras de misericordia es visitar a los enfermos. Visitas cortas, que no los cansen, que no los abrumen. Lo principal es tenerles cariño y procurar dotarlos de toda la medicina, médico y enfermeras que sea posible. Los enfermos son figuras muy especiales con quienes debemos ejercer la caridad.
Alégrate piensa en todos los que están enfermos, especialmente, en este día en que celebramos la Jornada Mundial del Enfermo y anima a todos sus lectores para que abran su corazón y tengan un gran cariño a los que, por una u otra razón, sufren a causa de las enfermedades.
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Domingo 31 de enero de 2010
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Mujeres y hombres consagrados El día 2 de febrero se ha señalado en los últimos tiempos como el “Día de la Vida Consagrada”, o sea, de los religiosos y religiosas. Entre nosotros, hay muchas religiosas, gracias a Dios.
Algunos piensan que estas mujeres se metieron al convento, o a la vida consagrada, por no encontrar marido o por alguna decepción sentimental. No excluimos que en algún caso esto pueda pasar, porque hay que ser siempre verdadero. Pero, de hecho, la mayor parte de estas mujeres, desde muy niñas, han sentido la llamada de Dios y han querido, expresa y voluntariamente, consagrar su vida a la Iglesia y a la salvación de las almas.
Se dice también que la Iglesia no las valora suficientemente porque no les concede el sacerdocio. Pero éste es un problema teológico. La Iglesia en su conjunto ama y aprecia enormemente el servicio y, sobre todo, el testimonio de estas mujeres, cuya vida es verdaderamente admirable.
Alégrate felicita en su día a todos estos hombres y mujeres consagrados y ruega a Dios que su vocación se mantenga firme como paradigma de toda la Iglesia.
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Domingo 24 de enero de 2010
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«Hoy mismo se ha cumplido…» El evangelio de este domingo habla de la presentación solemne que Jesús hace de sí mismo nada menos que en la sinagoga de Nazareth, en su propia tierra. ¿Se habrá olvidado de que «Nadie es profeta en su tierra» como Él mismo enseñará posteriormente (Mc 6, 24)? Sea lo que sea, el hecho es que eligió a los propios paisanos, vecinos y familiares para proclamar solemnemente que comenzaba su misión de nuevo Adán, Salvador.
No es todavía «la hora» de Jesús como le había dicho a la santísima Virgen en las bodas de Caná (Jn 2, 1-10), pero comienza su ministerio de anuncio y de obediencia total al Padre en medio del mal del mundo.
¿Cuál es el mensaje central? «El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para llevar a los pobres la Buena Nueva, para anunciar la libertad a los cautivos, la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el Año de gracia del Señor» (Lc 4, 16-21). Todo esto es lenguaje simbólico, y nosotros debemos comprender que con Jesucristo comienza en verdad la nueva era, la reconciliación y la comunión de toda la humanidad con Dios. Él es el Ungido, el Cristo, el nuevo Adán, Aquel por cuya sangre toda la pobre humanidad maldecida se volverá una humanidad bendita y acogida por Dios.
A esta humanidad pertenecemos nosotros y nos alegra oír que Dios mismo, nuestro Salvador, está ya en medio de nuestra pobre vida.
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Domingo 17 de enero de 2010
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¿Hay familias ideales? Parece que hay pocas, muy pocas familias ideales. La mayor parte de nuestras familias están rotas, incompletas, destruidas y con dificultad uno puede encontrar los rasgos de lo que sería el ideal de una familia, según la doctrina católica.
Este domingo en que celebramos las bodas de Caná en Galilea, es justo volver los ojos sobre nuestra situación. Si en verdad la familia es la célula de la sociedad que sería un gran organismo, habrá que decir que este organismo anda mal. Y no solamente por las carencias materiales sino porque falta lo principal que es el amor y la estabilidad.
Hay que recomendar mucho a los jóvenes que piensen bien antes de comprometerse sinceramente en la formación de una familia, tal como debe ser: uno con una y para siempre. Debe ser un amor muy grande y debe haber una prudencia y un consejo que ilumine las relaciones, para que no, ante cualquier simpatía o acercamiento, se piense ya en juntar sus vidas.
¿Qué hacer? Hay que diferir los casamientos, o sea, no casarse tan temprano; hay que estudiar muy bien la situación y sobre todo, creer que quien recibe la bendición de Dios, puede llevar una vida de amor perdonando y sabiendo perdonar, y que los niños pueden llegar a ser felices si hay una familia que sea familia de verdad, aunque jamás llegaremos al ideal de los que habitaban la casita de Nazareth.
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Domingo 10 de enero de 2010
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¿Cuándo hay que bautizar? Algunos que se sienten muy modernos piensan que hay que dejar el bautismo para cuando los niños hayan crecido, sean adultos y puedan decidir por sí mismos. Otros lo hacen por repulsa a las instrucciones que en nuestra Iglesia se exigen con ocasión de un sacramento. Le huyen a las instrucciones, mal llamadas “pláticas”.
¿Qué decir? Hay que dar a los niños lo mejor y lo más pronto que sea posible. El Bautismo no nada más nos quita el llamado “pecado original”, o tara hereditaria, sino que también nos introduce en la socialización de la Iglesia y, sobre todo, trae a nuestro corazón la gracia de Dios y el Espíritu Santo. ¿Qué cosa mejor se puede dar a un niño?
Hemos visto que quienes más se alegran en un bautizo son los abuelos y que siempre hay fiesta, y pensamos que la debe haber, porque se trata de una ocasión maravillosa que marcará nuestra vida para toda la eternidad.
No dude. No se confunda. No anteponga otras cosas, porque el Bautismo es algo muy grande y muy necesario. Tenga plena convicción y actúe en consecuencia.
